Matrimonios en las sombras
Así es amigos. Una noticia insólita viene desde Glasgow Escocia. Dice que un preso se ha casado en la cárcel por tercera vez. Aunque parezca mentira este episodio es de la vida real, se trata de un escocés que había matado a un custodio del orden, motivo por el que le condenaron a muerte, pero a último minuto le habían computado la pena por el de prisión perpetua. Este hecho había sucedido hace 26 años, durante ese lapso el romántico escoses estando en la cárcel se había casado en primeras nupcias con una dama escocesa de quien se había divorciado por incompatibilidad de caracteres. Posteriormente se casó nuevamente con otra dama de la que también se había divorciado incompatibilidad de alcoba. Finalmente hace días se ha casado por tercera vez y por tratarse de su noche de bodas el Alcaide del penal los dejó pernoctar en su celda junto con su nueva esposa. Bueno.... Esta clase de noticias generan más de un comentario a cuál más pintoresco y singular: Unos amigos preguntaban si alguna de las esposas ¿Le habrá sido fieles al esposo condenado? En cuanto a él se refiere sí, por la fuerza y la razón era el marido más fiel del mundo, porque en un centro de reclusión difícil que consiga otra buenamoza para engañarla, cosa que no podía suceder con la escocesa porque ella era una ciudadana libre. Otros amigos hurgaban por este lado que, si habrá hijas de Eva que acepten casarse con un divorciado que esté privado de su libertad, sabiendo que el resto de sus días lo pasará viendo el sol a cuadritos. Los médicos especialistas en Ginecología afirman que las esposas cuando dan a luz un bebé, en el momento del nacimiento siempre llaman al papá del recién nacido. Tomando como premisa esta verdad, se imaginan amables lectores, cuando la esposa del recluso esté en la sala de maternidad del hospital y al momento del alumbramiento, grite: - Charles, Charles, Charles. Y resulta que Charles no era el esposo que está guardado lejos del mundanal ruido con esperanzas de salir vivo algún día, sino, que es un amigo extra de la esposa que está libre. Esta nota pintoresca está bien para gringolandia, porque los gringos no tienen prejuicios como nosotros los latinos que por los celos a veces llegamos a situaciones extremas, mientras ellos no se inmutan con actos de infidelidad. Será por eso que ese preso condenado a cadena perpetua haya contraído nupcias por tercera vez estando guardado y haya también mujer que atraque matrimoniarse con un condenado, salvo que este sea un millonariazo, solo así, porque matrimoniarse con un pelado, sería el mismo calvario para la mujer; que por nuestros lares no se daría nunca, porque no habría una dama que acepte casarse con un preso condenado a cadena perpetua. En este sentido nuestras paisanas son prácticas porque es humano, y es lógico que tienen que matrimoniarse con quien no les haga faltar nada en casa y lo fundamental, el dinero. Por tanto, considero que sería muy difícil que atraquen matrimoniarse con hombres privados de su libertad, salvo -reitero- que el condenado tenga plata de la corrupción para mantener no solo a una mujer sino, a varias.