Casos y cosas de arequipeños
Así es amigos. Como cuestión previa aclaro que este comentario es solamente una lisonja, un chascarro; cuando digo que los arequipeños pertenecen a una república independiente es una broma y nada más, porque ellos son tan peruanos como nosotros, son parte integrante de este Perú profundo y por tan a nuestros hermanos y por esto, este comentario por el 482° aniversario de la Blanca Ciudad cuyo día central es hoy lunes 15 de agosto, Esta es la verdad, el resto es broma y chanza basada en algunos gestos que son propios de los «characatos». Arequipa es la Ciudad Blanca, que así se llama por la abundancia de la piedra sillar que sirve para la construcción, también se la conoce con el nombre de la ciudad del Misti por su famoso volcán que parece un celoso guardián, que con sus vecinos el Sara - Sara, el Sabancaya y el Pichupichu, de vez en cuando les pegan unas sacudidas a las que ya están acostumbrados los characatos. Arequipa es también tierra del camarón, por favor no confundir, me estoy refiriendo a ese exquisito crustáceo que adorna la mesa de los «pudientes» que tienen plata; antes los plebeyos todavía saboreábamos el camarón, ahora ya no, ni se conoce, me cuentan que este sabroso manjar lo traen a Cusco a precios que tan solamente pronunciar escarapela el cuerpo. Hace 45 años atrás, este humilde pecho cuando en el amor creía, estuvo de paso por la república independiente de Arequipa por espacio de 5 días inolvidables, durante esa estadía saboreó camarón en cualquier cantidad y posteriormente en 1987 cuando asistió a un Congreso Iberoamericano de Prensa. Después de ese banquete, aquí en Abancay en casa de parientes volvió a saborear ese manjar de tos characatos. «Cosa más grande en la vida chico». El chupe de camarones lo preparaban maravillosamente en una picantería famosa y elegante «Sol de Mayo» y ahora en el famoso restaurante turístico Tradiciones Arequipeñas - supongo- mejor que en cualquier otro lugar del mundo, juntamente que unos chairos con su rocoto entero en cada plato, comida que en calidad y sabor lo preparan también en Sicuani capital de la provincia de Canchis, Arequipa chico como dicen sus pobladores. El presente comentario tiene origen en una reunión de la gallada donde tenemos un characato de adorno, se llama Jorge simplemente Jorge, no tiene mamá ni papá, es hijo del Espíritu Santo y también hijo legítimo de la tierra del Misti. Cuando en una reunión casualmente se escuchaba ese arequipeñísimo vals titulado «MELGAR», se paraba poniéndose la mano al pecho como si estaría escuchando el Himno Nacional. Otra perla de estos sambitos es que el quechua no les entra por ningún lado, no obstante que varios characatos se han matrimoniado con peruanas, perdón, con paisanas serranas que tiran el quechua, los characatos no pueden aprender, cuando por casualidad se les escapa una palabrita en quechua les produce alergia, les sale ronchas y salpullidos. El amigo de la collera al que hago referencia, la otra noche se pasó, nos contó una anécdota legítima de Arequipa, casi - casi como la de Camaná. Dice que una vez, a una pareja de recién casados les habían obsequiado un auto nuevo que lo estrenaron viajando en luna de miel de Arequipa hasta Lima. Es el caso que el auto a las justas había llegado a destino humeando con el motor casi fundido, porque desde el momento que arrancó de Arequipa había viajado pura primera sin hacer ningún cambio hasta llegar a Lima. En esas circunstancias el mecánico limeño a quien le pidieron sus servicios le había preguntado. ¿Y se puede saber por qué hiciste tremenda barrabasada de viajar pura primera desde Arequipa hasta Lima?. La verdad mi querido viejo, los arequipeños nunca viajamos en segunda, menos en tercera, en primera nomás. Casos y cosas de arequipeños que tienen esas particularidades y genialidades que los hacen sui - géneris entre los peruanos. Bueno, hablando con sinceridad, todos tienen derecho en adoptar cualquier postura siempre que no atente contra el desarrollo del país; los abanquinos también nos jactamos de tener a las chicas más guapas del sur del país y nadie nos puede objetar lo contrario, la la prueba es que, cuando un soltero foráneo llega a este valle primaveral, al día siguiente nomás ya está jurando amor eterno ante Dios y el Registro Civil, para no perderse el «bocato di cardinali». En conclusión, espero que el presente comentario no sea mal interpretado por los characatos, en el fondo, en esencia, es una muestra de afecto y cariño a los arequipeños de Puno, a los arequipeños de Sicuani, a los arequipeños del campo los pintorescos «lonccos», a los arequipeños nacidos en Arequipa y también a nuestro paisano el charrasqueado Don Julio ahora nacionalizado arequipeño por derecho de «montura».
