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Historia de alpinistas que suben montañas por las puras…
Publicación: martes, 11 de enero de 2022

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Historia de alpinistas que suben montañas por las puras…

Historia de alpinistas que suben montañas por las puras…

Así es amigos. Atendiendo siempre - las inquietudes que me hace llegar la hinchada, voy a ofrecerles un comentario rela¬cionado al Alpinismo y a los alpinistas. Re¬visando el diccionario de la lengua Cristia¬na, ALPINISMO es el deporte de subir las montañas y ALPINISTA es aquel que prac¬tica el alpinismo, lógicamente el que sube más alto es el mejor. Se tiene conocimiento que Alpinismo proviene de subir los famosos Alpes que son las montañas más altas de Europa donde cayó nuestro compatriota, Jorge Chávez. El concepto uná¬nime de los que no son alpinistas o montañistas, es que el depor¬te del alpinismo, es algo así como subir por las puras arvejas, por las puras albóndigas, considero que es un deporte para la gente adinerada, para la gente pudiente, para la gente que tiene tiempo y que no depende de nadie sino de sus propias rentas y que tiene buena salud, ojo, BUENA SALUD, fundamentalmente un corazón súper sano, un corazón a toda prueba, un corazón que no zapatea cuando el titular está por en¬cima de los 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar, porque un corazón cualquiera no está para esos trotes, lo digo con experiencia vivida en mis años mozos, cuando viajaba de Cusco a Quincemil e Inambari hace unos 40 al¬manaques atrás. En una ocasión, una guapa maldonadeña de 16 abriles que no había salido jamás de los límites de la selva, que solamente conocía por referencias o por fotografía lo que es la sierra, peor aún las nieves perpetuas de los nevados de la cordillera, me pidió llevarla a Cusco. Durante el viaje, en el Abra de Hualla - Hualla a más de 5 mil metros de altura, más que el Santuario Señor de Ccoylloriti, al ver tremenda cantidad de nieve perpetua exclamó: bruta cremolada”. Luego a mi pasajera le dio un soroche de los mil diablos, de lo que en su tierra tenía las medidas anatómicas de 90-60-95, en Hualla- Hualla se puso igual que Olivia de Popeye, así de flaquita, hasta sus ojos redondos y negritos de huarayita se hundieron dentro del cerebro, es decir, ya no había mujer, situación que me puso en mil aprietos apurando el viaje hasta Ocongate para su atención en la posta sanitaria. Esta es una historia real y les cuento para que tengan idea cabal de lo que es la altura y por supuesto, el consiguiente peligro al que se exponen los alpinistas, aquellos que suben por las puras a los picos más altos del mundo, como Edmund Híllary que subió al techo del mundo, el súper coloso Everest con una altura de 8,315m.s.n.m para colocar la bandera del Reino Unidos en homenaje a la asunción al trono de Inglaterra de la actual Reyna Isabel que como recompensa recibió el título nobiliario de “Sir”, por eso ahora Edmund Híllary es Sir Edmund Híllary. Vaya manera de ganarse un título, en cambio por nuestros lares cualquier hijo de vecino es señor. Por lo demás, estoy seguro y convencido, que los ALPINISTAS suben por gusto, por las pu¬ras cayhuas, tal vez lo hacen solamente para darse la satisfacción de haber su¬bido y punto, para esos sámbitos, el Huascarán, el Ausangate y el Salkantay en el Perú deben ser manjar blanco, lo mismo deben ser el Aconcagua en Chile y el Illimani en Boli¬via. A propósito de alpinistas, recuerdo otro pasaje de la vida real, de la misma época de mi pasajera maldonadeña, esta historia me la contó el administrador del tremendo latifundio de Lauramarca que posteriormente afectó reforma agraria y puso en el suelo una ganadería lanar de alta calidad de aproximadamente 50 mil ovejas finas. Lauramarca está ubicada en el distrito de Ocongate, de la provincia de Quispicanchis tierra natal del Señor de Ccoyllority. En esa oportunidad un grupo 05 alpinistas japoneses habían viajado para esca¬lar el coloso Ausangate, que no consiguieron su cometido porque una fuerte tormenta en el tercer día de subida los había demorado en el ascenso. Al respecto, mi amigo me contó la historia, que a las 4 horas de arduo esfuerzo en subir el Ausangate en su primer día de jomada, cuando hicieron un alto para tomar un café ca¬liente y recuperar calorías, escucharon una lin¬da melodía interpretada con quena, cuando di¬rigieron la mirada al lugar de donde provenía la música, se dieron con la sorpresa que un niño indígena de unos 12 años de edad, sentado tran¬quilamente encima de un peñón vigilaba desde ahí su rebaño de alpacas, llamas y ovejas. Lo que significa que nuestro pequeño compatriota les dio en el suelo a los alpinistas japoneses quienes en cuatro horas de subida se topan con Juanito Quispe que había llegado hasta ese lu¬gar en la mañana del mismo día. Bueno, estas son historias de alpinistas, de los que suben por gusto, de los que suben por puras cayhuas, de los que suben por las puras albóndigas arriesgando sus vidas. - ¿Y por qué le dicen alpinista a Juan? - Porque sube por gusto, por las puras cayhuas.

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    Chaski
    EDITOR