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Mujeres que trabajan como varones
Publicación: martes, 14 de junio de 2022

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Mujeres que trabajan como varones

Mujeres que trabajan como varones

Así es amigos. Un informe de las Naciones Unidas da cuenta que en los Estados Unidos de Norteamérica, en el Japón y en Inglaterra, son las mujeres las que realizan entre el 60 y 80 por ciento del trabajo real. Dicho en términos cristianos, en esos 3 países la mujer trabaja más que el varón. Lamentablemente la información es tan escueta que no da mayores detalles, de ahí, que solamente voy a comentar en base a supuestos y algunas referencias. Tratándose de 3 países de los más altamente desarrollados en todo orden de cosas, y siendo datos estadísticos proporcionados por una institución seria como son las Naciones Unidas, debemos darle valor de verdaderas porque no hay bamba. Lo que habría que analizar es, en qué clase de actividades las mujeres laboran más que los varones, es en trabajos manuales o en trabajos intelectuales. La gente de mi collera sobre la marcha se puso en acción para el análisis correspondiente. Uno de los amigos que es retrechero bastante conocido por nadar dribleando a la chamba, arrancó y dijo: Si las mujeres de Estados Unidos, Japón e Inglaterra son más trabajadoras del mundo, puedo hacer cualquier cosa para conseguirme una gringa o una japonesa para seguir descansando y ganar plata sin trabajar. Se imaginan mis amigos, este sambo se pasa de vago al igual que esos entrevistados en el programa de Laura Bozo o de Mónica, en que, sin ninguna pisca de vergüenza, confiesan vivir de la mujer; y como en este mundo cruel no falta un “rotoso para un descosido”, los hay mantenidos caraduras. A estas alturas una integrante de mi collera que es casada, entró a tallar y manifestó terminantemente. Qué gringa ni japonesa ni ocho cuartos, las peruanas y en particular las abanquinas trabajamos mucho más que esas sambas, sino pruebas al canto. Trabajamos en horario igual al de nuestros esposos, mientras ellos se retiran felices a vergelear con su collera, nosotras las esposas al retornar a la casa después de cumplir en nuestros centros de trabajo, tenemos que bañar a los chicos, lavar y planchar sus uniformes, preparar la comida, arreglar la vajilla del comedor y cocina, preparar la ropa para el titular que siempre se descontenta, arreglar las habitaciones de los chicos, mientras tanto son las 10 de la noche, ni tiempo hay para ver telenovelas; allí no termina nuestro trabajo, a partir de las 11 de la noche viene la tercera etapa de la chamba, calentar la comida del titular que se viene entre pisco y nazca, condescender sus requerimientos y caprichos, mientras tanto son las 2 de la madrugada y sobre todo esto van a decir en las Naciones Unidas que las gringas y las japonesas trabajan más que las abanquinas... eso nunca, wiflas.

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    Chaski
    EDITOR