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Recetario para un hogar feliz
Publicación: martes, 21 de junio de 2022

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Recetario para un hogar feliz

Recetario para un hogar feliz

Así es amigos. Un asiduo lector de LA NOTICIA COMENTADA, me ha hecho llegar una simpática colaboración para comentarla y dice así: “RECETARIO PARA UN HOGAR FELIZ”. Ingredientes para su preparación: 4 tazas de amor, 2 tazas de lealtad, 3 tazas de olvido, una taza de amistad, 5 cucharadas de esperanza, 2 cucharadas de ter¬nura, 4 tabletas de fe y un barril de risas. Las instrucciones para prepararlo son las siguientes: “tomar el amor y la lealtad y mezclarlo bien con la fe, agregar ternura, bondad y comprensión, aderezar con amistad y esperanzas, condimentar abundantemente con alegría, hornear con rayos de sol y finalmente servir diariamente esta receta con mucha generosidad”. Para analizar la presente receta y las instrucciones para su preparado, he convocado a mi collera a un Panel Fórum en alto nivel con bajo sueldo, entre puro casaretos y una sola guapachona solterita. Esta vez no hemos tenido la suerte de contar con asesoramiento técnico de sociólogos, eruditos y cucufatos. Uno de los integrantes del clan con bastante experiencia en estos menesteres, por haber enviudado 3 veces y tener una docena y media de vástagos, dijo: En los matrimonios, de hecho sobra el amor y los aderezos de ternura, bondad y comprensión. Lo que pasó conmigo es que me han tocado unos “suegros fantásticos” en mis primeras dos experiencias, fíjense nomás, ni mi contraparte me exigía controlar mis gastos, nunca rae preguntó cuánto ganaba. Resulta que mi suegrita linda era la que me seguía los pasos, ya no podía ni conversar con mi secretaria. En mi segundo matrimonio era mi suegro quien me hacía la vida imposible, cada vez que me tomaba unas agüitas con la collera, venía él mismo al lugar de los hechos y me sacaba violentamente ante la protesta de toda la gallada. Ahora sí, soy feliz, porque no tengo suegros presentes, los actuales están lejos allá por el sólido norte. Luego intervino otro integrante del clan que realmente vive feliz, quien dijo: - Fíjense hermanos, en mi caso tengo un hogar feliz, de mis suegros no me quejo, me dan casa gratis, mi suegra se pasa de buena, ella se preocupa de mí mucho más que su propia hija, mi suegro para que les cuento, es el primero en invitarme al club los fines de semana a tomarnos unas agüitas. Mi contraparte es un encanto de mujer, tan ahorrativa es ella, que no quiere que le compre ropa nueva, prefiere usar mis pantalones, mis hijos responden en sus estudios. Lo único negativo es que la parentela se mete mucho, pero lo estoy superando con mucha muñeca. Seguidamente intervino otro integrante de la collera, quien dijo: - Yo sí, soy el esposo más feliz de Abancay, mis suegros viven lejos y de vez en cuando me visitan trayendo maletas llenas de regalos en especial para sus nietos. Con mi contraparte nos comprendemos a las mil maravillas, nos turnamos en la cocina, en el lavado de ropa, en el aseo de la casa, vamos siempre juntos a nuestros compromisos sociales, mis hijos se pasan, tienen un manual de funciones cada uno y cada una. Esto quiere decir que en mi hogar hay amor, lealtad, ternura, fe, alegría, comprensión, esperanza y todo bien condimentado con bastante ajinomoto. A estas alturas intervino la guapachona solterita y dijo: Miren viejos, a mí que estoy en las puertas de un conversado con el matrisuicidio, me han descompaginado, me han puesto turulata, no se sinceramente por cuál de los ejemplos decidirme, pero en base a mi propio criterio y sacando algunas cositas buenas de las que me han contado, voy a casarme con un zambo que no tenga padre, que sea hijo del aire, que me traiga su cheque sin doblarlo, que alterne conmigo en las obligaciones del hogar, que no tenga vergüenza de acompañarme al mercado a hacer las compras, que vayamos siempre juntos a la discoteca y a los compromisos sociales, entonces sí, le voy a dar unos hijos lindos, que en sus estudios sean sobresalientes y que cada año traigan diplomas a casa. Lo que sí, no voy a permitir, es que se amanezca en la puerta de calle de casas ajenas equivocándose de domicilio, no soy partidaria de compartir mis pertenencias. Si Dios le pone su visto bueno a mis planeamientos, estoy segura de formar el hogar más feliz de Abancay. Cosas y casos de este mundo cruel mis amigos, donde cada loco con su tema pasa la vida, donde cada quien es feliz a su manera y sus posibilidades, mientras tanto el mundo sigue andando.

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    Chaski
    EDITOR