“Recordar es vivir”
Así es amigos. Como cuestión previa, este humilde pecho hace llegar su agradecimiento a todas las personas que han expresado su complacencia por el estilo de esta página, que motiva ser leída con atención. Sinceramente ese aliento es un condimento que compromete aún más seguir haciendo periodismo, brindándoles momentos amenos. Dicho esto, empiezo el comentario para hoy titulado: Recordar es Vivir. Así es amigos, cuántas veces hemos tenido la oportunidad de hacer tertulia con la collera, de algunos episodios que calaron hondo en nuestras vidas desde que tuvimos uso de razón. Por ejemplo, un reencuentro con un compañero de escuela después de 10 lustros es algo muy especial: Huayqui lindo, cómo has engordado, quien iba a pensar, si tu chapa era “carrizo”, ahora de carrizo no tienes nada, más bien pareces propietario de un camal frigorífico. Analizando bien, para recordar hay que vivir primero, quien no ha vivido no tiene nada que recordar. Pero cuando efectivamente se ha vivido, es una inyección a la vida recordar gratos momentos del pasado guardados en el cofre de los recuerdos, cuando escolares, colegiales, cuanAsí es amigos. Como cuestión previa, este humilde pecho hace llegar su agradecimiento a todas las personas que han expresado su complacencia por el estilo de esta página, que motiva ser leída con atención. Sinceramente ese aliento es un condimento que compromete aún más seguir haciendo periodismo, brindándoles momentos amenos. Dicho esto, empiezo el comentario para hoy titulado: Recordar es Vivir. Así es amigos, cuántas veces hemos tenido la oportunidad de hacer tertulia con la collera, de algunos episodios que calaron hondo en nuestras vidas desde que tuvimos uso de razón. Por ejemplo, un reencuentro con un compañero de escuela después de 10 lustros es algo muy especial: Huayqui lindo, cómo has engordado, quien iba a pensar, si tu chapa era “carrizo”, ahora de carrizo no tienes nada, más bien pareces propietario de un camal frigorífico. Analizando bien, para recordar hay que vivir primero, quien no ha vivido no tiene nada que recordar. Pero cuando efectivamente se ha vivido, es una inyección a la vida recordar gratos momentos del pasado guardados en el cofre de los recuerdos, cuando escolares, colegiales, cuan
