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Tener suerte de perro
Publicación: martes, 09 de agosto de 2022

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Tener suerte de perro

Tener suerte de perro

Así es amigos. Aunque sea despacito, tengo que decirlo, que la NOTICIA COMENTADA tiene pegada. Es así por ejemplo, que la hinchada luego de leer el comentario que ofrecí hace un mes sobre el mismo titular, me ha sugerido decir alguito cuan-ido la suerte llega de a verdad, es decir, el reverso de la medalla a lo referido anteriormente dando cuenta de un caso insólito, en que una paisana radicada en Lima no obstante haber sido agraciada con el premio de un auto Toyota último Modelo, perdió la oportunidad por no haber confrontado a tiempo el billete de Lotería. Efectivamente mis amigos, el reverso de la medalla merece otro comentario, cuando la suerte llega inesperadamente como maná del cielo, cuando casualmente, sí, casualmente nos encontramos con un tapadito, cuando nos sacamos los primeros premios de la lotería o de la TINKA o de cualquier otro sorteo, que ofrecen jugosos premios como casas amobladas, autos de último modelo, artefactos eléctricos, viajes al extranjero, etc., etc. Decía, cuando nos encontramos casualmente con un tapado sin que esto signifique “huaqueo”, porque los huaqueros son los topos humanos que andan agujereando por aquí y por allá recogiendo los saldos del oro del Inca Atahuallpa que no pudieron llevarse los españoles. Me contaron que en las noches de luna llena, los huaqueros se estacionan en los lugares donde los abuelos afirman haber visto arder tapados, como por ejemplo al otro lado del puente de Pachachaca por donde pasa el camino de camino de herradura a Auquibamba, luego pacientemente esperan novedades. Cuando ven arder una llama de fuego color azul, poniéndose sus máscaras contra el antimonio y pijchando un manojo de hojas de coca, sobre el pucho se dirigen hasta el lugar donde ardió la tierra e inmediatamente arrojan su zapato o su oqota del pie izquierdo para que no tengan pierde al día siguiente cuando inicien con la operación “huaqueo”, aunque dicen, que en ocasiones, los huaqueros se queman, en vez de encontrar tesoro encuentran solamente osamentas que no valen ni pío. La hinchada me decía también, que hay personas que tienen una suerte monstrua, una suerte de perro burgués, no de perro plebeyo, porque la suerte de este último es la misma muerte. Me decían que hay personas suertudas, pero tan suertudas, que al venir al mundo lo hacen de pie haciendo sufrir y pitear a la mamá, luego siguiendo su trayectoria de suertudo, en su época de estudiante tienen tal suerte, no obstante haber plagiado la prueba de examen al compañero de carpeta sacan mejores notas que el autor del vals, cuando asisten a los bingos si no se sacan el apagón, por lo menos se sacan una raya sea horizontal ó vertical; cuando juegan a la lotería si no son agraciados con los primeros premios, por lo menos les liga un terminal, cuando juegan al pandero siempre les toca el primer turno, cuando juegan a la TINKA por lo menos tienen hasta 4 y 5 aciertos, cuando contraen matrimonio tienen una suerte de perro burgués porque les toca una suegra MAMACITA, una suegra lindísima, una suegra que les brinda mejores atenciones que la propia hija. Estos sambos y sambas nacidos de pie tienen tanta suerte que no obstante haber renunciado con incentivos en la administración pública, cobran sueldos extras al mismo tiempo hasta en dos instituciones que funcionan con plata del Estado, que para conseguir un empleo no necesitan intervenir en concursos de admisión, de frente nomás en vivo y en directo, porque tienen la suerte de contar con amistades influyentes porque son y ayayeros. Me dicen también que los de este grupo de suertudos, cuando estudian en universidades particulares, obtienen títulos sin haber asistido a clases, ó lo obtienen en la mitad del tiempo normal. En suma, que tienen suerte de perro burgués. Los hinchas me decían también, que hay suertuditos quienes cuando son agraciados con el premio gordo que se escribe con 6 ceros a la derecha, por la poca costumbre de manejar tanta plata, de no saber gastar, por la poca costumbre de no saber darse su trato como gente, no obstante que les sonríe la suerte, la plata lo guardan bajo el colchón y no la hacen circular para que multiplique riqueza. Estos sambos dicen que, por la poca costumbre, cuando duermen en catre se caen, sus alimentos toman en el suelo, no saben manejar los cubiertos, el tenedor lo usan para escarbarse los dientes y el cuchillo lo usan para limpiarse la cerilla de las orejas. Total, que de nada les vale tener un mundo de plata, porque siguen viviendo como cualquier cosa, pero no como gente. La verdad mis amigos, sobre el presente tema de suerte de perro hay mucho que hablar, pero por esta vez por razones de espacio cumplo con haberles brindado un segundo aperitivo, pero sabroso para que el alimento les aproveche y por lo menos sonrían un momento, aclarando siempre, que cualquier semejanza de personajes de este comentario con personas vivas o muertas, es pura coincidencia, por si acaso, para que nadie se dé por aludido.

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    Chaski
    EDITOR